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Vive un dia a la vez (parte I)

“Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas”.

Mateo 6:34 NVI

La verdad es, que todo lo que tienes es el día de HOY. El mañana es incierto. Y el pasado paso. Así que, vive el día de hoy como si fuera tu ultimo día sobre la tierra.  Ocúpate en resolver tus responsabilidades, las preocupaciones de hoy, lo que puedas cambiar, ajustar o intervenir y resolver. Todo lo que dependa de ti hacer hoy, hazlo.

Saborea la vida. Hoy es una nueva oportunidad, nueva gracia, nuevas fuerzas, nueva misericordia. Hoy Todo es fresco. ¡Aprovéchalo!

Dedica el tiempo de hoy a lo que es importante y valioso en tu vida: tu relación con Dios, tu familia, tus hermanos de la fe, tus responsabilidades.

Recuerda que el tiempo que no se usa hoy es tiempo perdido. No lo puedes acumular. Dios le enseno al pueblo de Israel a vivir un día a la vez y una de las maneras era dándole el pan de cada día que lo llamaban el “maná”. Ellos solo podían recoger y consumir lo que iban a utilizar en el día. Si alguien quería guardar para el otro día se encontraba con que el pan se llenaba   de gusanos. En la oración llamada “El Padre Nuestro” en donde Jesús nos ensena a orar, el instruye en pedir por el pan nuestro de cada día. El pan para mañana lo dará Dios. El pan nuestro de cada día dánoslo Hoy. No dice esta semana. Dice «hoy».

Dios está trabajando para darnos el pan, el sustento y el abrigo de mañana. Déjale tus preocupaciones del mañana a Él, y tu preocúpate por lo que puedas resolver hoy, que es lo único que tienes.

Invierte el tiempo de hoy en hacer lo más valioso, ¿Y cuál será la actividad más valiosa que podrías hacer hoy?

Quizás una conversación pendiente, una jornada de aprendizaje, orar por alguien en necesidad, dar una Palabra de aliento, ¿una llamada a un ser querido o hermano en Cristo? ¿Decidir en continuar esperando en el Señor? ¿Hacer un voto de confianza para Dios por el futuro?

No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.

Y al llegar la tarde di: ¡Basta! Suficiente con los afanes de hoy, hice lo que me correspondía y aproveché bien el tiempo, invertí mi tiempo en lo más valioso y resolví muchas cosas que estuve tentado a dejar para otro día. 

Así que, como oraba el salmista: «en paz me acostaré y así mismo dormiré porque solo tú me harás dormir confiado»

 Que tengas un feliz y ocupado día

Bendiciones,

Pr. Daniel Sánchez

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