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Perfil de una sociedad bajo juicio (Isaías 3:1-7)

“Porque he aquí que el Señor Jehová de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y al fuerte, todo sustento de pan y todo socorro de agua; el valiente y el hombre de guerra, el juez y el profeta, el adivino y el anciano; el capitán de cincuenta y el hombre de respeto, el consejero, el artífice excelente y el hábil orador. Y les pondré jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores. Y el pueblo se hará violencia unos a otros, cada cual contra su vecino; el joven se levantará contra el anciano, y el villano contra el noble.”

Cuando Dios trae juicio a una nación, esto puede incluir quitar tanto su comida (al sustentador y al fuerte) como los servicios básicos (el agua).

Pero más que quitar solamente la comida y el agua, otra manera de castigar a un pueblo es privarlos de hombres piadosos y de líderes competentes en cada nivel de la sociedad: el valiente y el hombre de guerra, el juez y el profeta, el adivino y el anciano; el capitán de cincuenta y el hombre de respeto, el consejero, el artífice excelente y el hábil orador. En lugar de sabios y competentes líderes, Dios les pondría jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores.

Esa profecía las pronunció Isaías en contra del Reino de Judá y su cumplimiento  está registrado en 2 Reyes 24:14Y llevó en cautiverio a toda Jerusalén, a todos los príncipes, y a todos los hombres valientes, hasta diez mil cautivos, y a todos los artesanos y herreros; no quedó nadie, excepto los pobres del pueblo de la tierra”.

Este principio del juicio de Dios perdura hasta hoy. Una manera en la cual Dios puede traer juicio sobre una nación es el de maldecirlos con líderes incompetentes e impíos. A menudo, esta es la avenida más simple de juicio: darle al pueblo lo que su corazón perverso desea.

Isaias describe las consecuencias de tener lideres impíos e incompetentes, “el pueblo se hará violencia unos a otros” y habrá una ruptura de orden en la sociedad “el joven se levantará contra el anciano, y el villano contra el noble”.

Es sorprendente ver cuan realista fue el profeta y cuan capaz de describir las consecuencias del colapso total de un estado. Cualquiera que observe con detenimiento lo que sucede en Venezuela, puede concluir que este país (mi país) esta bajo el juicio de Dios: Escases de comida, servicios básicos y líderes incompetentes.

¿Cuáles pueden ser las causas por las cuales Dios castiga una nación?: Los capítulos 1 y 2 de Isaías las describen con detalle: pecado de injusticia, el pecado de idolatría, el pecado de orgullo, conducta pecaminosa de los gobernantes, la soberbia de las mujeres, el pecado de la codicia, de la embriaguez, de la arrogancia y de la juerga, por mencionar algunos. 

Sin embargo, el juicio de Dios es una manifestación de Su amor, asi como el amor de un padre que disciplina al hijo que ama. El juicio de Dios es su invitación al arrepentimiento; a que cada uno se arrepienta de su mal camino y se vuelva a Dios. Solo El puede revertir toda la destrucción causada y traer la prosperidad anhelada a la nación trayendo al país abundante comida, servicios básicos y líderes competentes. (2da Crónicas 7:14)

 

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