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Seguridad del destino

Recientemente, dentro de la agenda cultural de los viernes, hicimos un recorrido por varios lugares culturales e históricos de la ciudad de Ginebra, Suiza,  junto con un  grupo de estudiantes de la Universidad de Ginebra. El guía nos llevó al  cementerio principal en el quartier de Planpalais de  la ciudad,  en donde se  encuentran los restos de personas que fueron  importantes en la historia de Suiza los últimos 700 años; allí están enterrados los restos de algunos Consejeros de la Federación Suiza, músicos y compositores  famosos entre otros. En este cementerio también se encuentran los restos de Juan Calvino, el gran impulsor de la Reforma protestante en Europa que vivió entre los años 1509-1564 de nuestra era. Si no fuera por estas tumbas, que están dispersas por todo el lugar, este cementerio pareciera más bien a un parque familiar por las abundantes zonas verdes, los bancos dispuestos  a lo largo de las caminatas, algunas familias que se observan  hacen picnics, otros durmiendo la siesta debajo de un arbol  y hasta quedas sorprendido de parejas recostadas sobre la grama conversando amorosamente.

Al caminar entre las tumbas te encuentras con una losa no identificada que tiene escrito un mensaje con cierto sentido de «humor negro»: “Yo les había dicho que no me sentía muy bien” (parece un poco cruel pero alli esta);  mientras,  otras tienen sus propias formas y sobrias peculiaridades. Al caminar por el lugar,  la tumba que más me llamo la atención,  fue  la una que tenia dos losas con los nombres de unos esposos que se llamaban Alexandre y Amada Monnier.  La mujer falleció primero que su esposo en el mes de mayo de 1865 y Alexandre feneció ocho años después .

¿Qué me llamó la atención de estas dos tumbas? Los mensajes que están impresos en sus losas; en la de ella esta escrito:

Amada Monnier
fallecida el 11 de Mayo 1865
“Esta palabra es cierta: que si morimos con El, también viviremos con El”    2da. Timoteo 2:11

 

y en la del difunto esta escrito:

 

Alexandre Monnier

3 diciembre de 1800 – 16 agosto de 1873

“Ustedes saben a dónde voy, y ustedes saben el camino” Juan 14:4.

Que seguridad  de su salvación eterna tenían Alexandre y Amada!. Vivian con una esperanza y convicción firme de su destino eterno. Vale la pena resaltar que, para tener sus restos enterrados en este exclusivo cementerio es porque eran personas muy importantes o adineradas de la sociedad suiza de aquellos años. Sin embargo, para ellos lo más importante al finalizar sus vidas fue que todos supieran cual era su destino eterno.  Sus vidas dan testimonio de su fe, y hablan aun después de casi 150 años de fallecidos con esos  mensajes cincelados en sus losas,  y  nos animan a reflexionar en lo importante que es vivir con  la seguridad de la vida eterna, pero lo mejor es que nos invita a apropiarnos de las palabras de Aquel que dijo: Ustedes saben a dónde voy, y saben el camino. Le dijo Tomas: Señor, no sabemos a dónde vas, ¿Cómo pues, podemos  saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mi” Juan 14:4-6.

Y tú, mi estimado leyente, ¿Tienes esta  seguridad de tu destino eterno?

Allí está el camino…

Bendiciones,

Pr Daniel Sánchez

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