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Para no cometer una locura, respeta el orden establecido

Voy a desarrollar este tema utilizando un evento registrado en las Escrituras, en el primer libro de Samuel  capítulo 13, alli  se relata una de las primeras guerras del Rey Saúl de Israel contra los filisteos y lo que ocurría entre «bastidores».

Saúl tenía 3000 hombres para hacer guerra contra los filisteos, sin embargo, los filisteos tenían “Treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo numeroso como la arena que está a la orilla del mar”: Los Filisteos, enfurecidos con los Israelitas, reunieron un enorme ejército para aplastar a Israel. Al ver los hombres de Israel que estaban  en gran desventaja,  cogieron miedo y empezaron a desertar. Con gran temor (el pueblo estaba en aprieto) se escondieron dondequiera que pudieron (en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas) o huyeron hacia el otro lado del río Jordán. A Saúl le fueron quedando cada vez menos soldados: De 3000 a 600 hombres y el no quería salir a pelear sin antes contar con el favor de Dios. Una situación de vida o muerte era lo que tenía Saúl delante de él.  Sin embargo, el debía esperar que el profeta Samuel llegara y ofreciera  el holocausto y las ofrendas de paz para recibir el favor de Dios para la guerra. Samuel llevaría a cabo los sacrificios e Israel estaría listo espiritualmente para la batalla.

Pero el profeta tardo más de una semana, plazo que el mismo había fijado. Pongámonos por un momento en los pantalones del rey Saúl, ¿que haría usted en su lugar? Cada hora que pasa se va reduciendo su ejército, el responsable de llevar a cabo el acto religioso (que le garantizaba la victoria) esta demorado, las opciones de ganar se reducen, está en juego la perdida de muchas personas, la soberanía del país, vamos, ¿que haría usted?

Viendo esto Saúl, y que el profeta se demoraba, tomó la iniciativa de ofrecer holocausto a Dios. Cuando llego el profeta, lo reprendió duramente por no obedecer la Palabra de Dios: ¿Qué has hecho?… “Locamente has hecho…”

Lamentablemente, lo que hizo el rey Saúl fue pecaminoso. Primero, Saúl claramente desobedeció a Samuel. Segundo, Saúl era un rey, no un sacerdote, y sólo los sacerdotes podían ofrecer sacrificios. Saúl no tenía por qué haber hecho lo que sólo un sacerdote podía hacer. El orden establecido por Dios no permitia que los reyes de Israel fueran sacerdotes ni que los sacerdotes fueran reyes. En 2 de Crónicas 26 el rey Uza cometió la locura de tratar de reemplazar la responsabilidad de un sacerdote y Dios lo castigó con lepra hasta el dia de su muerte.

Sabiendo que habia cometido una locura, Saúl empeoró su mal proceder con excusas:

    1. «Vi que el pueblo se me desertaba»: En otras palabras el dijo   “Tuve que hacer algo para impresionar al pueblo y ganarme su apoyo una vez más.” Pero si Saúl hubiera obedecido y hubiera confiado en Dios. Dios lo hubiera llevado a la victoria contra los Filisteos con o sin el pueblo. Tal vez muchos Israelitas hayan admirado a Saúl por haber ofrecido el sacrificio. “¡Miren, ese es un hombre de acción! Se encarga de que las cosas sucedan. Saúl  debió haberse preocupado más por agradar a Dios en vez que agradar al pueblo.
    2. «tú no venías dentro del plazo señalado»: “Ves Samuel, en realidad fue tu culpa. Si hubieras venido antes, no hubiera tenido que hacer esto.” Pero si hubiera Saúl obedecido y confiado en Dios, Dios se hubiera encargado de Samuel y el tiempo. Incluso si Samuel estaba mal, no justificaba el pecado de Saúl. Con frecuencia intentamos culpar a otros cuando cometemos locuras.
    1.    «Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová»: “En verdad necesitábamos la ayuda de Dios contra los Filisteos, y la  necesitábamos ahora, así que tuve que hacerlo.” Pero si Saúl hubiera obedecido y confiado en Dios, Jehová se hubiera encargado de los Filisteos. Saúl pudo haber implorado el favor de Jehová de numerosas maneras. Pudo haber clamado a Jehová por toda la nación con un corazón humilde, pero en vez de eso hizo la única cosa que no debía hacer: ofrecer el sacrificio.
    2. «Me esforcé»: “Tuve que. Me pareció lo correcto. No pude esperar más.” Aunque Saúl se había esforzado, no debió dejarse dominar por sus emociones. No tenía que pecar aunque sintiera que debía hacerlo.

En la Biblia encontramos otros ejemplos de personas que actuaron locamente al no  respetar el orden establecido y su acción trajo serias consecuencias para sus vidas:

  • Eva cometió la locura de probar el fruto del árbol prohibido sin tomar en cuenta lo que había dicho Dios al respecto y tampoco esperó para consultar a su marido. Este acto trajo como consecuencia la entrada del pecado al mundo y la perdida de vida eterna, la separación con Dios.
  • Abraham cometió la locura de tomar a la criada de su mujer para engendrar un hijo ante el retardo del cumplimiento de la promesa de Dios; esto trajo como consecuencia serios problemas en su hogar y la enemistad de dos naciones que persiste aun en el día de hoy.
  • Pedro, el discípulo de Jesús, la noche que el Señor fue entregado, sin consultar a Jesús el líder del grupo, cometió la locura de defender a Jesús con su espada y casi le termina cortando la cabeza a un hombre.

Es posible que tengas razones para justificar tus acciones, quizás piensas que es algo urgente y que no se puede esperar más, que tienes en tus manos suficientes y buenos recursos para resolver la apremiante situación de crisis y que no estás haciendo nada incorrecto, pero, si estas en una posición de liderazgo antes de tomar cualquier acción, te recomiendo que respondas a estas preguntas antes de que cometas una locura:

  • ¿Estas respetando el orden establecido?
  • ¿Que consecuencias habrán de pasar por encima del orden?
  • ¿Estas asumiendo atribuciones que no te corresponden?
  • ¿Has agotado todas las maneras posibles para comunicarte con la persona responsable?

Más aún, si quieres desarrollar una relación de confianza con Dios, debes aprender a esperar en El. Dios sabe lo que hace. El tiene el control de todo. El es omnisciente y Todopoderoso, no hay situación que El no sepa y pueda manejar. La Biblia dice claramente que “Dios es un Dios de orden y no de confusión”. Por eso, comprométete a respetar el orden establecido, no asumas atribuciones que no te corresponden, agota todos los medios para comunicarle a la persona responsable de la situación y confia y espera en Dios. Cuidado, No cometas locuras!

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